LOS LIMITES DE LA MEDICINA MODERNA: LAS ENFERMEDADES CRONICAS NO INFECNICIOSAS
Por Wilfredo Gutiérrez P. MS MPH (USA, febrero del 2007)
Los avances en medicina, farmacología y cirugía en los en los últimos 200 años (y particularmente en los últimos 70), han permitido combatir con eficacia la mayoría de enfermedades infECNIciosas conocidas y también tener un manejo satisfactorio de las principales afECNIciones críticas y quirúrgicas. Sin embargo, los logros no han sido tan espECNItaculares en el manejo de las llamadas enfermedades crónicas, muchas de ellas aparECNIidas en los últimos 50 años, como producto de los cambios en la alimentación y en los estilos de vida.
Las enfermedades crónicas no infECNIciosas (ECNINI), son un grupo de patologías que se van desarrollando poco a poco y de manera silenciosa, de manera que durante las primeras etapas de su evolución muchas de ellas no presentan síntomas o signos alarmantes. Son irreversibles, porque van ocasionando el deterioro de uno o varios órganos del cuerpo limitando seriamente sus funciones y ocasionando otro tipo de enfermedades. Aunque existen factores hereditarios que predisponen a las personas a desarrollarlas, las ECNI no son transmisibles o contagiosas. La mayoría son controlables si se las detECNItan a tiempo, permitiendo a las personas vivir con calidad y durante mucho tiempo.
Sus causas todavía no han sido bien establecidas, pero si se conocen factores de riesgo (es dECNIir, mayor probabilidad de enfermar entre los que lo padecen) que podrían intervenir en su origen. Entre estos se encuentran los estilos de vida o hábitos que desarrollamos cotidianamente, como: el tipo de alimentación, el consumo o uso de alguna droga legal o ilegal, el sedentarismo y falta de ejercicio físico, la adopción de posturas incorrectas al caminar, sentarse o dormir, la forma de controlar y manejar las emociones y sentimientos, entre otros.
Entre las ECNI más conocidas están: el cáncer en cualquier parte del cuerpo; las enfermedades del corazón y del sistema cardiovascular como: la hipertensión arterial, la arterioesclerosis o los infartos; la diabetes en todos sus tipos, la osteoporosis y otros problemas óseos; la obesidad y la desnutrición crónica; los problemas cerebrovasculares, como la apoplejía o derrame cerebral; las enfermedades pulmonares como las obstructivas crónicas (EPOC); enfermedades de las vías digestivas como la diverticulitis; las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoidea, el lupus; las enfermedades articulares como la osteoartrosis; enfermedades renales como la insuficiencia renal crónica; las hepáticas como la cirrosis; las neurosis y buena parte de las enfermedades psiquiátricas.
Las ECNI ocupan los primeros lugares entre las causas de morbi-mortalidad en todos los grupos de edad, sobre todo a partir de los adultos jóvenes, a excepción del cáncer, que puede presentarse desde la infancia. Estas enfermedades tienen un impacto en la salud física y psicológica del enfermo, afectando además el circulo familiar, laboral y social. La OMS informa que de las 58 millones de defunciones ocurridas en el 2005, 35 millones (60.3%) correspondieron a enfermedades crónicas.
A nivel médico representan un serio problema en su manejo, ya que, al requerir largos períodos de tratamiento y algunas hasta de por vida, la adherencia o continuidad del paciente con el régimen terapéutico prescrito es muy irregular. Los estudios realizados al respecto para algunas enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes, muestran una adherencia de solo el 50% en el mejor de los casos, en un año de seguimiento. Por ello, es mejor prevenir su aparición, evitando los factores de riesgo que se mencionan en el siguiente cuadro.
RIESGO ASOCIADO | ENFERMEDAD CRONICA |
Consumo de tabaco (fumador activo y pasivo). | Cáncer de pulmón, faringe y boca; arterioesclerosis, bronquitis crónica, enfisema. |
Alimentación en base a grasas saturadas, alimentos refinados y falta de ejercicio. | Hipertensión arterial, obesidad (que a su vez ocasiona otras enfermedades), diabetes, osteoporosis, arterioesclerosis, cáncer de estómago y de colon, entre otros. |
Consumo de alcohol | Cirrosis hepática, gastritis crónica, enfermedades neurológicas y psiquiátricas. |
Hay algunos mitos que han hecho que la población en general y algunos miembros de la comunidad médica, consideren a estas enfermedades menos amenazantes para la salud que las enfermedades infecciosas. Entre estos tenemos: Las ECNI afectan principalmente a los países de altos ingresos y a las personas ricas; las ECNI afectan principalmente a las personas mayores y sobre todo a los hombres; las ECNI no se pueden prevenir o su prevención y control son demasiado caros; en países de ingresos bajos y medios deberían controlarse primero las enfermedades infecciosas antes que las crónicas no infecciosas..
Hoy se conoce que estas enfermedades ocupan los primeros lugares de morbi-mortalidad tanto en países pobres como en ricos, sin distinción de sexo ni edad (aunque puede haber unas que predominen en uno u otro sexo o grupo de edad), la prevención y control de la mayoría de ellas es tan importante como el de las enfermedades infecciosas y está al alcance de todos los países, aun de los más pobres.
Hay sin embargo afirmaciones populares como esta: "Mi abuelo fumaba y era obeso y vivió hasta los 96 años" o "de algo nos tenemos que morir"; que pueden paralizar cualquier cambio de actitud. En cualquier población hay siempre un cierto número de personas que se desvían de las características típicas de la gran mayoría, es decir puede pasar que personas con muchos factores de riesgo de ECNI disfruten de una larga vida sin problemas de salud; o personas con pocos o ningún factor de riesgo de ECNI, que desarrollen una enfermedad crónica y/o mueran de complicaciones a una edad temprana. Esos casos son inevitables, pero también poco comunes. La gran mayoría de las ECNI pueden atribuirse a factores de riesgo comunes y pueden prevenirse eliminando esos riesgos. Por otro lado si bien es cierto que todos tenemos que morir de algo o sufrir de alguna discapacidad a lo largo de nuestra vida, estas muertes o discapacidades producidas por las ECNI no tienen que ser tan tempranas.
Como lo recomienda la OMS, para la prevención de las ECNI mencionadas, es importante que concurran políticas públicas que concerten esfuerzos de los medios de comunicación, la industria, la escuela y las instituciones de formación de profesionales de la salud, en fomentar estas tres medidas básicas:
· Consumir alimentos en base a cereales (preferible con cáscara), verduras, frutas, pescado, pollo, pavo.
· Limitar al mínimo el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal, de frituras, de alimentos refinados (azúcar blanca, chocolates, tortas con crema, helados, gaseosas, etc.).
· Consumir agua segura sola para la sed.
· Desarrollar de manera regular alguna actividad física: caminar diariamente unos 30 minutos, practicar algún deporte, montar bicicleta, etc
· Limitar el consumo de tabaco y alcohol y desincentivar su uso en los niños y jóvenes
· Tener un sueño reparador
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