lunes, 4 de marzo de 2013

LO COTIDIANO


LOS CAMBIOS DE MALOS HABITOS SOCIALES EMPIEZAN POR DAR  EJEMPLOS POSITIVOS EN PEQUEÑAS ACCIONES COTIDIANAS.

Prefiero el amable agradecimiento del  peatón o del conductor al darle pase, que el amargo orgullo de ser yo el primero en pasar.

Prefiero el agradecimiento o el disgusto sincero del taxista al felicitarlo porque maneja bien o al decirle “yo no me subo más a su carro”, si maneja mal; que el silencio cómplice de quedarme callado.

Prefiero manejar a la defensiva respetando las reglas de tránsito y soportar los bocinazos y gritos groseros de los demás conductores, que ser parte del montón para “pasar piola”. 

Prefiero hacer el esfuerzo de recoger el “popó” de mi perro  de la vía pública y soportar la mirada de extrañeza de la gente alrededor mío, que  atentar contrala salud pública.

 Prefiero parecer ridículo, “mal educado” o  anticuado en una reunión social al rechazar tomar alcohol, que manejar con alguna copa y atentar contra mi vida y las de los demás.

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