jueves, 13 de febrero de 2014

EL EVANGELIO VISTO POR UN LAICO 1ER ENTREGABLE

EL EVANGELIO VISTO POR UN LAICO

Por:  Wilfredo Gutiérrez Peñafiel

Este es el primer entregable de un pequeño libro que el autor piensa publicar en el futuro.

DEDICATORIA

A mis amigos sacerdotes Humberto Cauwe, Victor Marit, Claudio Wollseifen, Jorge Deleye y Gregorio Diez, quienes alimentaron mi espiritualidad y comprendieron y animaron mis inquietudes como médico al servicio de los más necesitados  

A mi esposa Teresa, por su gran comprensión, entrega y grandes enseñanzas de servicio a los demás.

A  Rocío, Chani y Gustavo, mis tres hermosos hijos, que con alegría compartieron su niñez con los niños del pueblo y que ahora ya de adultos educan a sus niños en la sencillez y enseñándoles  a compartir con sabiduría y justicia.        

INTRODUCCION

Lo que recoge este libro son algunas vivencias  del anuncio del Evangelio hecha por un Agente Pastoral, que a la vez es médico de profesión y  que voluntariamente con su familia decidió vivir y  compartir su fe y su trabajo como profesional de la salud, con los pobladores de José Carlos Mariátegui o San Gabriel, un barrio urbano-marginal perteneciente a Villa María del Triunfo, durante 12 años (1974 – 1986).

Esta experiencia fue posible gracias al apoyo del Párroco de entonces, el R.P. Humberto Cauwe, un verdadero profeta de nuestros tiempos, quién me dio la oportunidad de vivir en una casita de madera de la capilla de Vallecito, un Asentamiento Humano de J.C. Mariátegui, desempeñándome  como agente pastoral y a la vez atendiendo un consultorio médico que ayudé a fundar en la parroquia principal de San Gabriel.

Lo que se narra son experiencias de prédica del evangelio en las misas de los domingos, basado en el diálogo con los feligreses y aprovechando sus experiencias de fe para entender y practicar el Evangelio el en  los tiempos actuales, en la vida cotidiana, en la  familia, en la comunidad, en el trabajo, en la calle, en la Iglesia, etc.

Hoy en que el Papa nos exhorta a “una evangelización que ilumine los nuevos modos de relación con Dios, con los otros y con el espacio, y que suscite los valores fundamentales. Es necesario llegar allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas, alcanzar con la Palabra de Jesús los núcleos más profundos del alma de las ciudades” (Evangelii Gaudium, 74), es necesario ensayar nuevas formas de evangelización donde se conjuguen, la fe y las enseñanzas de las Sagradas Escrituras con la vida cotidiana de los hombres y mujeres de a pie. Ese fue el espíritu que nos guió al predicar el Evangelio hace  más de 30 años en el Pueblo Joven San Gabriel, al que acompañamos por 12 años con mi familia desde sus albores, cuando todavía carecía de los servicios básicos como agua, desagüe, luz, colegios, centros de salud, etc. La metodología dialógica empleada, partiendo de la experiencia de vida del pueblo de Dios, sigue y seguirá vigente y es la que mostramos a lo largo de este libro.

El mecanismo era el siguiente: Después de leer las tres lecturas, el Sacerdote celebrante invita al Agente Pastoral a dirigir un pequeño diálogo de no más de 10 minutos con los fieles, sobre alguna y luego él hace una reflexión final basado en lo reflexionado y cómo nos ilumina la palabra de Dios y da el mansaje final para la semana.

PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO

DOMINGO 2 DE FEBRERO DEL 2014

Evangelio según San Lucas 2, 22 – 35

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. 

Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. 

COMENTARIO:

Agente Pastoral (AP): ¿Qué nos dice la palabra de Dios hoy?
Feligreses (F): Que María y José presentaron a su  hijo Jesús en el templo.
AP: ¿Y  Por qué lo presentaron al templo?
F: Para cumplir con la ley de Moisés, que decía que a todo primogénito hay que consagrarlo al Señor.
AP: En nuestros días, hay alguna situación parecida que hacemos los católicos?
F: Si, cuando bautizamos a nuestros hijos
AP: ¿Y por qué bautizamos a nuestros hijos?
F: Para cumplir con el sacramento de la Iglesia Católica
AP: ¿Sólo por cumplir con un sacramento?
F: También porque queremos que nuestros hijos lleven nuestra misma Fe.
AP: ¿Y sólo bautizamos a los hijos hombres y que nacieron primero?
TODOS: NOOO!!!, a todos los hijos, hombres o mujeres
AP: ¿Entonces hemos superado la ley de Moisés, verdad?
TODOS: SIII!!!
AP: ¿Y por qué en esa época consagraban al Señor sólo a los primogénitos y a los hijos hombres?.
F: Porque eran las costumbres de la época
VARIOS: Porque eran machistas!!!
AP: Hay que recordar también que en esta ceremonia se hacía la circuncisión a los varoncitos, que era una especia de iniciación en la fe judía

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AP: Qué otra situación nos narra el Evangelio de hoy?
SILENCIO:
AP: ¿A ver qué nos dice de Simeón?
F: Que  ahora puede morir en paz, porque sus ojos han visto al Salvador
AP: Por qué dice Simeón eso?
F: Porque  reconoce que ese niño era Hijo de Dios
AP: Y por qué Simeón reconoce que ese niño era hijo de Dios?
F: Porque era un hombre de fe.
AP: ¿El día hoy nosotros podemos decir lo mismo que Simeón, que ahora podemos morir en paz, porque hemos reconocido a Dios en nuestras vidas?.
SILENCIO …..
AP: ¿Qué significa reconocer a Dios en nuestras vidas, por ej. en la familia?}
F: Educar a nuestros hijos por el camino del bien
F: Enseñarles valores, a compartir a no ser egoístas
F: Demostrarnos amor como pareja, ser padres responsables
AP: ¿Y en el trabajo o en la calle, cómo reconocer a Dios en nuestras vidas?
F: Siendo solidarios con nuestros compañeros de trabajo, enseñando a los trabajadores nuevos, apoyando los reclamos justos.
F: En la calle, dar el ejemplo de buena conducta a los demás, por ej. no arrojando la basura en la calle, ayudando a pasar la pista a los ciegos y ancianos.
F: En la comunidad, participando en las obras comunales como la creación del colegio y la instalación de agua y desagüe.
AP: Bien hermanos, después de esta pequeña reflexión, dejamos a nuestro sacerdote para que nos que nos redondee algunas ideas que hayan quedado sueltas y  nos dé un mensaje final para vivir esta semana en la presencia del Señor.     

SACERDOTE: EFLEXION FINAL Y  MENSAJE

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