EL EVANGELIO VISTO POR
UN LAICO
Por: Wilfredo Gutiérrez Peñafiel
Este es el primer entregable de un pequeño libro que el autor piensa publicar en el futuro.
Este es el primer entregable de un pequeño libro que el autor piensa publicar en el futuro.
DEDICATORIA
A mis amigos sacerdotes Humberto
Cauwe, Victor Marit, Claudio Wollseifen, Jorge Deleye y Gregorio Diez, quienes
alimentaron mi espiritualidad y comprendieron y animaron mis inquietudes como
médico al servicio de los más necesitados
A mi esposa Teresa, por su gran
comprensión, entrega y grandes enseñanzas de servicio a los demás.
A Rocío, Chani y Gustavo, mis tres hermosos
hijos, que con alegría compartieron su niñez con los niños del pueblo y que
ahora ya de adultos educan a sus niños en la sencillez y enseñándoles a compartir con sabiduría y justicia.
INTRODUCCION
Lo que recoge este libro son
algunas vivencias del anuncio del
Evangelio hecha por un Agente Pastoral, que a la vez es médico de profesión
y que voluntariamente con su familia
decidió vivir y compartir su fe y su
trabajo como profesional de la salud, con los pobladores de José Carlos
Mariátegui o San Gabriel, un barrio urbano-marginal perteneciente a Villa María
del Triunfo, durante 12 años (1974 – 1986).
Esta experiencia fue posible
gracias al apoyo del Párroco de entonces, el R.P. Humberto Cauwe, un verdadero
profeta de nuestros tiempos, quién me dio la oportunidad de vivir en una casita
de madera de la capilla de Vallecito, un Asentamiento Humano de J.C.
Mariátegui, desempeñándome como agente
pastoral y a la vez atendiendo un consultorio médico que ayudé a fundar en la
parroquia principal de San Gabriel.
Lo que se narra son experiencias de
prédica del evangelio en las misas de los domingos, basado en el diálogo con
los feligreses y aprovechando sus experiencias de fe para entender y practicar
el Evangelio el en los tiempos actuales,
en la vida cotidiana, en la familia, en
la comunidad, en el trabajo, en la calle, en la Iglesia, etc.
Hoy en que el Papa nos exhorta a “una
evangelización que ilumine los nuevos modos de relación con Dios, con los otros
y con el espacio, y que suscite los valores fundamentales. Es necesario llegar
allí donde se gestan los nuevos relatos y paradigmas, alcanzar con la Palabra
de Jesús los núcleos más profundos del alma de las ciudades” (Evangelii
Gaudium, 74), es necesario ensayar nuevas formas de evangelización donde se
conjuguen, la fe y las enseñanzas de las Sagradas Escrituras con la vida
cotidiana de los hombres y mujeres de a pie. Ese fue el espíritu que nos guió
al predicar el Evangelio hace más de 30
años en el Pueblo Joven San Gabriel, al que acompañamos por 12 años con mi
familia desde sus albores, cuando todavía carecía de los servicios básicos como
agua, desagüe, luz, colegios, centros de salud, etc. La metodología dialógica
empleada, partiendo de la experiencia de vida del pueblo de Dios, sigue y seguirá vigente y es la que mostramos a lo largo de este libro.
El mecanismo era el siguiente:
Después de leer las tres lecturas, el Sacerdote celebrante invita al Agente
Pastoral a dirigir un pequeño diálogo de no más de 10 minutos con los fieles,
sobre alguna y luego él hace una reflexión final basado en lo reflexionado y
cómo nos ilumina la palabra de Dios y da el mansaje final para la semana.
PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO
DOMINGO 2 DE FEBRERO DEL 2014
DOMINGO 2 DE FEBRERO DEL 2014
Evangelio
según San Lucas 2, 22 – 35
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con
él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque
mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los
pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del
niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto
para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera
discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada
te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu
de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años
casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día
y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento,
daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación
de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se
volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y
robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.
COMENTARIO:
Agente Pastoral (AP): ¿Qué nos dice la palabra de Dios hoy?
Feligreses (F): Que María y
José presentaron a su hijo Jesús en el
templo.
AP: ¿Y Por
qué lo presentaron al templo?
F: Para cumplir con la ley de Moisés, que decía que
a todo primogénito hay que consagrarlo al Señor.
AP: En nuestros días, hay alguna situación parecida que hacemos los católicos?
AP: En nuestros días, hay alguna situación parecida que hacemos los católicos?
F: Si, cuando bautizamos a nuestros hijos
AP: ¿Y por qué bautizamos a nuestros hijos?
F: Para cumplir con el sacramento de la Iglesia
Católica
AP: ¿Sólo por cumplir con un sacramento?
F: También porque queremos que nuestros hijos lleven
nuestra misma Fe.
AP: ¿Y sólo bautizamos a los hijos hombres y que
nacieron primero?
TODOS: NOOO!!!, a todos los hijos, hombres o mujeres
AP: ¿Entonces hemos superado la ley de Moisés,
verdad?
TODOS: SIII!!!
AP: ¿Y por qué en esa época consagraban al Señor
sólo a los primogénitos y a los hijos hombres?.
F: Porque eran las costumbres de la época
VARIOS: Porque eran machistas!!!
AP: Hay que recordar también que en esta ceremonia
se hacía la circuncisión a los varoncitos, que era una especia de iniciación en
la fe judía
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AP: Qué otra situación nos narra el Evangelio de
hoy?
SILENCIO:
AP: ¿A ver qué nos dice de Simeón?
F: Que ahora
puede morir en paz, porque sus ojos han visto al Salvador
AP: Por qué dice Simeón eso?
F: Porque
reconoce que ese niño era Hijo de Dios
AP: Y por qué Simeón reconoce que ese niño era hijo
de Dios?
F: Porque era un hombre de fe.
AP: ¿El día hoy nosotros podemos decir lo mismo que Simeón,
que ahora podemos morir en paz, porque hemos reconocido a Dios en nuestras
vidas?.
SILENCIO …..
AP: ¿Qué significa reconocer a Dios en nuestras
vidas, por ej. en la familia?}
F: Educar a nuestros hijos por el camino del bien
F: Enseñarles valores, a compartir a no ser egoístas
F: Demostrarnos amor como pareja, ser padres
responsables
AP: ¿Y en el trabajo o en la calle, cómo reconocer a
Dios en nuestras vidas?
F: Siendo solidarios con nuestros compañeros de
trabajo, enseñando a los trabajadores nuevos, apoyando los reclamos justos.
F: En la calle, dar el ejemplo de buena conducta a
los demás, por ej. no arrojando la basura en la calle, ayudando a pasar la
pista a los ciegos y ancianos.
F: En la comunidad, participando en las obras
comunales como la creación del colegio y la instalación de agua y desagüe.
AP: Bien hermanos, después de esta pequeña
reflexión, dejamos a nuestro sacerdote para que nos que nos redondee algunas
ideas que hayan quedado sueltas y nos dé
un mensaje final para vivir esta semana en la presencia del Señor.
SACERDOTE: EFLEXION FINAL Y MENSAJE
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