domingo, 16 de febrero de 2014

EL EVANGELIO VISTO POR UN LAICO II

SOMOS LA SAL DE LA TIERRA

Por: Wilfredo Gutiérrez Peñafiel

Esta es una segunda entrega de un libro que saldrá próximamente. 

DOMINGO 9 DE FEBRERO DEL 2014

Lectura del libro de Isaías (58,7-10):

Así dice el Señor: «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí estoy." Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.»

COMENTARIO:

Agente Pastoral (AP): ¿Qué nos dice el libro de Isaías?
Feligreses (F): Que compartamos nuestro pan con los que no tienen, que hospedemos a los que no tienen techo, que vistamos al desnudo.
AP: ¿Qué más nos dice Isaías?
F: Que desterremos la opresión y la amenaza a los demás. Que seamos sencillos.
AP: ¿Qué pasará si hacemos lo que nos dice el profeta?
F: Que se abrirá la gloria del Señor, sentiremos su presencia estaremos en paz con Dios y con  nosotros mismos.
AP: ¿Alguien ha vivido una experiencia semejante?
F: Cuando compartimos el agua con el vecino, cuando visitamos a los enfermos, cuando nos amistamos con nuestra pareja, cuando pedimos perdón…
AP: En todas estas situaciones hemos sentido la presencia del Señor, que nos hace brillar su luz y  nos hace sentirnos contentos de servir a los demás con alegría.

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,13-16):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»

COMENTARIO:

Agente Pastoral (AP): ¿Qué nos dice el Evangelio de hoy?
Feligreses (F): Que sus discípulos somos la sal de la tierra, que somos la luz del mundo
AP: Qué nos quiere decir el Señor con esas palabras?
F: Que así como la sal sirve para dar sabor a la comida, los cristianos también debemos  llevar a los demás nuestra la fe y las enseñanzas de Cristo.
F: Que los cristianos debemos iluminar la vida de los demás, que debemos ser ejemplo de vida.
AP: ¿Y cuando los cristianos nos convertimos en sal sosa y luz opaca?
F: Cuando somos indiferentes a los problemas de los  demás, cuando nos volvemos egoístas y pensamos solo en notros, cuando hacemos el mal en vez de hacer el bien…

AP: Seamos pues hermanos sal y luz para los que nos rodean en nuestra  familia y en nuestra comunidad. Ahora dejemos a nuestro sacerdote para que nos haga una reflexión final y nos de el mensaje de vida para la semana.

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