SOMOS LA SAL DE LA TIERRA
Por: Wilfredo Gutiérrez Peñafiel
Esta es una segunda entrega de un libro que saldrá próximamente.
Por: Wilfredo Gutiérrez Peñafiel
DOMINGO 9 DE FEBRERO DEL 2014
Lectura del libro de Isaías (58,7-10):
Así dice el Señor: «Parte tu pan con el hambriento, hospeda a
los pobres sin techo, viste al que ves desnudo, y no te cierres a tu propia
carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne
sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces
clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: "Aquí
estoy." Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la
maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del
indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía.»
COMENTARIO:
Agente Pastoral (AP): ¿Qué nos dice el libro de Isaías?
Feligreses (F): Que compartamos
nuestro pan con los que no tienen, que hospedemos a los que no tienen techo,
que vistamos al desnudo.
AP: ¿Qué más nos dice Isaías?
F: Que desterremos la opresión y la amenaza a los
demás. Que seamos sencillos.
AP: ¿Qué pasará si hacemos lo que
nos dice el profeta?
F: Que se abrirá la gloria del
Señor, sentiremos su presencia estaremos en paz con Dios y con nosotros mismos.
AP: ¿Alguien ha vivido una
experiencia semejante?
F: Cuando compartimos el agua con
el vecino, cuando visitamos a los enfermos, cuando nos amistamos con nuestra
pareja, cuando pedimos perdón…
AP: En todas estas situaciones
hemos sentido la presencia del Señor, que nos hace brillar su luz y nos hace sentirnos contentos de servir a los
demás con alegría.
Lectura del santo evangelio según san Mateo
(5,13-16):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»
COMENTARIO:
Agente Pastoral (AP): ¿Qué nos dice el Evangelio de hoy?
Feligreses (F): Que sus
discípulos somos la sal de la tierra, que somos la luz del mundo
AP: Qué nos quiere decir el Señor con esas
palabras?
F: Que así como la sal sirve para dar sabor a la
comida, los cristianos también debemos llevar
a los demás nuestra la fe y las enseñanzas de Cristo.
F: Que los cristianos debemos iluminar la vida de
los demás, que debemos ser ejemplo de vida.
AP: ¿Y cuando los cristianos nos convertimos
en sal sosa y luz opaca?
F: Cuando somos indiferentes a los problemas de
los demás, cuando nos volvemos egoístas y
pensamos solo en notros, cuando hacemos el mal en vez de hacer el bien…
AP: Seamos pues hermanos sal y luz para los
que nos rodean en nuestra familia y en
nuestra comunidad. Ahora dejemos a nuestro sacerdote para que nos haga una
reflexión final y nos de el mensaje de vida para la semana.
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