Comentarios al libro “El gran conflicto”
De Elena G. de White
Hola Dante: (Diciembre del 2004)
Me dio mucho gusto encontrarte nuevamente después de alrededor de 29 años!!. Es increíble cómo pasó el tiempo sin habernos podido contactar, pero así son los designios del Señor. Y mira qué maravilloso reencuentro el saberte convertido en militante cristiano y con una sólida formación en las Sagradas Escrituras. Te agradezco por haberme llevado al culto de tu Iglesia, que fue un aprendizaje interesante para mí de cómo leer la Biblia en comunidad, en sencillez, con intercambio de opiniones, en oración y con un gran fervor espiritual.
Como te prometí leí el libro que tan gentilmente me regalaste y he aquí que te hago llegar mis comentarios:
1. Percibo en general que es un libro militante desde una visión de fe e interpretación particular de las Sagradas Escrituras. Un libro escrito con mucho apasionamiento y bastante intolerancia para con la Iglesia Católica (IC) y también para con las iglesias protestantes que tienen otros puntos de vista. Un libro en fin, que da poca cabida a un razonamiento reflexivo y sereno (más allá de los adjetivos) del porqué de las distorsiones de la IC y de las otras iglesias y del discurrir en general de la historia humana. Guardando las distancias, me parecía estar leyendo algunos manuales del marxismo, tratando de interpretar los escritos de Marx, o los manifiestos de algunos partidos políticos.
2. Sin embargo, mi sirvió bastante para ilustrarme sobre los orígenes del protestantismo en el mundo occidental y de sus principales fundadores. Ahora veo que muchas de las críticas y planteamientos de los padres de la Reforma, aunado por supuesto a los de los pensadores laicos, han servido para que la IC haya enmendado rumbos.
3. Fue interesante leer la versión de la autora sobre la época del oscurantismo de la Iglesia Católica (IC), cuando se mezclaba el poder civil con el religioso. No sabía que entre los “herejes” había tantos mártires protestantes que fueron condenados a morir en la hoguera por la “santa inquisición”. Hubo también varios mártires de la medicina como Miguel Servet y otros que fueron condenados por querer mostrar la anatomía humana con la disección de cadáveres. Menos mal que Galileo se salvó de la hoguera por su ingeniosa frase: “si la tierra está quieta… y sin embargo se mueve”. Estoy totalmente de acuerdo con las ácidas críticas que se hacen de las atrocidades que las autoridades de de la IC de entonces cometieron contra los que no aceptaban sus preceptos y sus maneras coercitivas de buscar adeptos. El Papa actual ha pedido perdón a la humanidad por ello.
4. Igualmente estoy de acuerdo con la crítica radical al poder terrenal, al boato y lujos del Papa y al uso de las llamadas “indulgencias”. No sabía que el emperador Enrique IV se había arrodillado para pedir perdón ante el Papa Gregorio VII, por ejemplo. Me gustó mucho la ilustración para mostrar el contraste de la entrada austera de Cristo a Jerusalén y las suntuosas procesiones papales de siglos pasados. Lamentablemente, a pesar de los cambios, todavía en nuestros días persisten muchos privilegios, poder y signos exteriores de riqueza de nuestros jerarcas eclesiásticos. Ello, junto a muchos testimonios de sencillez y desprendimiento de santos y fundadores de congregaciones como el de la madre Teresa de Calcuta en nuestros tiempos. Llama la atención sin embargo que la autora critique la vida austera y de testimonio evangélico de los padres franciscanos que vivían de la caridad de los demás. Acá se ve un claro signo de intolerancia: sólo es válida la austeridad y testimonio de vida auténtico de los protestantes y en particular de los adventistas?. Aunque reconoce “…que hay verdaderos cristianos en la Iglesia Católica”, sin embargo “no pueden discernir la verdad”. (pag. 517).
5. Me parece interesante la idea de que los “muertos duermen hasta el día de la resurrección” (pag. 504) y no se van ni al cielo ni al infierno. Sin embargo encuentro varias contradicciones en cuanto a la crítica de la inmortalidad de alma. El alma es mortal hasta la segunda venida de Cristo y después será inmortal?. Además, según esta teoría, cómo interpretar las palabras de Jesús al reo bueno antes de morir en la cruz: “en verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso”?. Lucas 23:43.
6. Centrar “el gran conflicto” de la evangelización en la historia (al menos hasta la época en que vivió la autora), en las contradicciones de la IC como institución, o en la autoridad del papa (tildado de anticristo y demonio), o en reservar el sábado o el domingo para dedicarlo al Señor, me parece exagerado.
7. Siento que en muchas de sus interpretaciones de las Sagradas Escrituras, para justificar algunas de sus teorías (como que el Papa es el anticristo y fuente de todos los males de la historia), caen en lo que ella misma critica de que “…muchos desprenden de sus contextos unas cuantas palabras de las Sagradas Escrituras , por más que en muchos casos aquéllos encierren un significado contrario al que se les presta; y esos pasajes así aislados se tuercen y emplean para probar doctrinas que no tienen ningún fundamento en la Palabra de Dios” (Pag. 495). Las interpretaciones del capítulo 13 del libro de Apocalipsis y de los escritos de Daniel, como referidas al Papa, me parecen francamente alucinantes. ¿Qué razón hay para endilgar la figura del monstruo con cabeza de leopardo al Papa?. Por qué no pensar que se refería a los gobernantes romanos de esa época, o en todo caso (tomado como una profecía) que se refiere a cualquier sátrapa gobernante de la historia humana o a cualquier otro jefe de otra iglesia.?, Igualmente, basándose en “la bestia con cuernos semejante a la de un cordero” de que habla el Apocalipsis en 13:11, inferir que se refiere a los Estados Unidos de América, es francamente temerario (pg. 408-409). Justamente, las grandes aberraciones que cometió la IC en el pasado, fueron por querer explicar con los escritos bíblicos todos los hechos humanos, incluyendo los históricos, científicos, administrativos, de política, etc. tal como hoy ocurre con la iglesia judía y la musulmana. Menos mal que la autora reconoce (muy pesar suyo) el gran fiasco de la profecía de 1844, en que muchos creyentes esperaban el segundo advenimiento de Cristo, por una “errónea” interpretación de Miller de las Sagradas Escrituras, ya que “por el sólo estudio de ellas, llegó a la conclusión de que el período fijado para la subsistencia de la tierra en su estado actual estaba por terminar”. Pg. 306-311.
8. A la autora al parecer le basta sacar de su contexto ciertas citas bíblicas y extrapolarlas a los diferentes espacios y tiempos históricos, sin considerar la situación social, económica o cultural de la época en que fueron dichas. Peor aun, le bastan estas citas y el maniqueísmo de la influencia o no del poder papal o “el sistema de la Iglesia Católica”, para explicar acontecimientos históricos como la época del terror de la revolución francesa o el advenimiento de la prosperidad o decadencia de la nación americana y del mundo en general. Como curiosidad de esta interpretación te pongo el ejemplo de cómo partiendo de la frase de Jesús: ““Los sanos no tienen necesidad del Señor sino los enfermos”, Wesley concluye de que: “es absurdo ofrecer médicos a los que están sanos” (Pag. 253). Si aplicáramos esta interpretación descontextuada a nuestra época, no tendría sentido que los médicos hablemos de la medicina preventiva, la promoción de la salud, los hábitos de vida saludables, etc. que precisamente son para los que no están enfermos y evitar o amenguar en ellos los riesgos de enfermedad.
9. Por lo demás, las críticas clásicas del protestantismo a la autoridad papal, al cambio del sábado por el domingo, a los sacramentos, a la misa, a la veneración de los santos, a los templos que tiene, a la Virginidad de María, etc., y las críticas también a las otras iglesias salidas después de la Reforma; se deben a la poca comprensión que tiene la autora de lo que son las instituciones religiosas y los diferentes mecanismos administrativos y formas de culto que tienen que tener para guiar una organización y realizar las obras de bien que quiere el Señor, pues la “la fe sin obras es fe muerta” (Santiago 2:17). Como toda organización hecha por hombres, la IC y las otras Iglesias tienen sus aciertos y sus errores y necesariamente tendrán que irse adecuando a los espacios y tiempos históricos iluminados por el Espíritu Santo. Recuerda que la IC es la institución más antigua de la historia de la humanidad.
10. Los católicos podemos tener ciertas discrepancias con algunas formas de administración de la Iglesia, con las tendencias y grupos de poder predominantes a su interior, con el mayor o menor carisma y la consecuencia o no entre fe y vida de nuestros pastores, con la validez o no para nuestros tiempos de seguir manteniendo algunas tradiciones como el celibato entre sacerdotes y monjas, etc.; pero no por eso dejamos reconocer la necesidad de tener una organización con un Pastor universal depositario de la autoridad de Pedro y con un peso específico dentro de la sociedad civil, capaz de alzar su voz de protesta contra los abusos de poder y el sojuzgamiento de los pueblos pobres por parte de los gobernantes de las naciones poderosas, o hacer ver (a la luz de la Palabra) los peligros éticos que conlleva el desarrollo ciego de la ciencia.
11. Los católicos reconocemos los muchos errores y excesos que la Iglesia Católica ha cometido en sus épocas de oscurantismo, por lo que junto al Papa y nuestros Pastores hemos pedido perdón a la humanidad; pero también reconocemos la gran labor de evangelización y obras de bien que ha hecho a lo largo del mundo en estos 2,000 años de su existencia. Recuerda que hay más de 800 millones de creyentes en Jesucristo y su Palabra, gracias a esta labor tesonera de la Iglesia. Igualmente, gracias a la labor de los misioneros de diferentes órdenes religiosas (y sobre todo de los Jesuitas y Franciscanos, de los que en el libro se hace dura crítica) se difundió la educación y llegó la salud a pueblos olvidados del mundo. Recuerda que las primeras universidades y hospitales en América, Europa y África tuvieron su origen en la obra de la IC. Reconocemos también la preciosa sangre derramada por decenas de miles de mártires católicos a lo largo de la historia, a causa de la intolerancia religiosa y política (me viene a la mente monseñor Romero en El Salvador, Víctor Jara en Chile y todos los sacrificados en los regímenes totalitarios). Con su sangre contribuyeron (al igual que otros hombres de buena voluntad de otras confesiones), al advenimiento de un mundo un poco más tolerante como el que vivimos. Recuerda la gran influencia que tuvo el actual Papa Juan Pablo II, en la caída del régimen dictatorial comunista de Polonia y que posteriormente desencadenó en la caída del muro de Berlín, que cambió el curso de la historia. En este sentido, en el libro de la Sra. White no hay ni una pizca de reconocimiento ni de balance en sus críticas a la Iglesia Católica.
12. Al interior de la IC hay muchas corrientes y tendencias que abogan por mayores cambios y formas más auténticas de predicar el evangelio en el mundo de hoy. Corrientes que propugnan releer la Biblia desde su perspectiva histórica liberadora y con un compromiso preferencial por los pobres, como lo plantea Gustavo Gutiérrez, el padre de la Teología e la Liberación. Y allí estamos y allí me ubico con 12 años de testimonio de vida católica militante dedicada a compartir las vicisitudes de pobreza en un pueblo joven de Lima y posteriormente a través de mi profesión difundiendo la medicina preventiva y social para los grupos marginados. Este es un aspecto muy poco tocado por la Sra. White en su libro. Aparte de la oración, de interpretar correctamente la Biblia, esperar la segunda venida del Señor y tener ciertas prácticas de vida austera (no beber alcohol por ejm.); no hay ninguna propuesta en el libro por ejercer la labor profética de denuncia de las injusticias del mundo de hoy. Me parece que el excesivo celo de la Sra. White por presentar a los seguidores de su confesión como los “auténticos elegidos del Señor”, su espíritu confrontacionista con la IC y su temor a que la IC romana predomine en USA, la ha paralizado en dar propuestas de vida cristiana en el mundo de hoy, donde las injusticias contra los pobres del Señor son cada vez más flagrantes. Este temor y esta obsesión contra el “romanicismo” le hacen ver como negativo cualquier acuerdo de ecumenismo entre las diferentes Iglesias, pues ve “amenazada la libertad de conciencia” (cap. 36, pág. 515).
13. Para terminar, quisiera explicarte el sentido que damos los católicos algunas prácticas y cultos criticados en el libro:
§ El Papa es el guía espiritual de la Iglesia y depositario de la autoridad de Pedro. Mantiene la unidad universal de la Iglesia Católica. La infalibilidad del Papa sólo se acepta cuando habla excátedra, es decir cuando proclama alguna verdad de fe, como la proclamación de la ascensión de la Virgen María a los cielos, que fue en el año 1935, la última vez que un Papa hizo uso de su infalibilidad.
§ Los sacramentos, son medios de introducción progresiva a la fe cristiana y a su práctica. Entre ellos está la confesión o sacramento del perdón y reconciliación, que lo hacemos ante el sacerdote que es nuestro pastor y el poder de perdonar los pecados le viene de los apóstoles y presbíteros a los cuales Jesús dio ese poder. También se puede hacer en grupo y no hay restricciones para hacer un acto de contrición sincero directamente ante Dios. La ventaja de una confesión ante un sacerdote en quien confiamos, es que puede darnos salidas y orientaciones para un cambio de vida. Lo importante no es la confesión en si misma, sino el propósito de enmienda que tengamos.
§ La misa, es la celebración en comunidad de la palabra de Dios y la celebración simbólica de la cena del Señor, que sustituyó a la celebración de la pascua con el cordero del antiguo testamento.
§ El templo es un lugar de culto de los cristianos y tiene la imagen central de la cruz que nos ayuda a pensar y dirigirnos Dios. Los templos modernos tienden a ser cada vez más sencillos y sin imágenes recargadas, incluso hay varios sin ninguna imagen que la cruz.
§ Los católicos no adoramos a los santos ni a sus imágenes. Ellos son personas que vivieron con mayor autenticidad el Evangelio y nos sirven de modelo de vida y de acercamiento a Dios.
§ Veneramos a la Virgen María por ser madre del Creador, es un acto de fe
§ El domingo (día de la resurrección del Señor) es para nosotros lo que el sábado es para los protestantes: el día de oración y descanso dedicado al Señor. Lo importante es dedicar por lo menos un día a la semana para encontrarnos en comunidad y alabar al Señor, si es sábado o domingo tiene poca importancia.
14. Finalmente, creo yo que lo más importante no es pelearnos y gastar energías por los formalismos de nuestras instituciones eclesiales, sino preguntarnos cómo vivir el mandamiento del amor de Dios en el mundo de hoy: cómo enseñar a los hombres a pescar y no regalarles pescado, cómo dar de comer al hambriento de hoy, cómo hacer para que las naciones poderosas no sojuzguen a las más débiles y pequeñas, cómo aportar para que el ordenamiento social sea más justo, cómo unir fuerzas para el mensaje cristiano llegue a esas dos terceras partes de la humanidad que todavía no lo conocen, cómo hacer para que nuestros militantes cristianos que tienen una empresa o detentan el poder no exploten a sus subordinados… en fin, parafraseando a Vallejo diría: “hermanos, en nuestras Iglesias hay mucho por hacer”.
Espero mantenernos en contacto. Un abrazo.
Wilfredo
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