viernes, 24 de diciembre de 2010

LA TIRANIA DE LA PRENSA

LA TIRANIA DEL CUARTO PODER

Por Wilfredo Gutiérrez ¨P.  MD  MPH (Marzo del 2005)

No se si a Uds. comparten conmigo que desde hace 15 años vivimos en nuestro país una de las peores tiranías en lo referente a información. En los 10 años del Fujimorato, el grueso de la prensa hablada y escrita nos hacia creer que todo andaba bien y que teníamos al gobierno más honesto, eficaz y eficiente de la historia republicana del país. En los casi 5 años que tenemos de este gobierno, en cambio, la mayoría de la prensa nos hace creer que todo anda mal y que el Sr. Toledo (familia incluida)  es el más grande corrupto e inepto de los presidentes que ha tenido el país, además por supuesto de ser cholo, feo, antipático y  sin “clase”. Un razonamiento elemental nos dice que eso no puede ser, pues no puede haber un  gobernante  tan bueno que no cometa errores, ni tan malo que no pueda mostrar algunos éxitos y logros en su gestión.

Si juzgamos sin apasionamientos y odios a ambos gobiernos, tenemos que reconocer que la estabilización económica, la pacificación del país y la firma del tratado de paz con Ecuador, son los logros más saltantes del gobierno anterior, claro está a un costo muy alto y al lado de la más grande corrupción que posteriormente se descubrió. El manejo responsable de la economía que nos ha permitido crecer sostenidamente durante 4 años y duplicar nuestras exportaciones, la descentralización del país, el respeto irrestricto a la libertad de expresión y el enfrentamiento frontal a la corrupción (que por primera vez en nuestra historia ha puesto tras las rejas a generales, jueces, periodistas y ministros venales y corruptos), son los principales logros de este gobierno; teniendo como contraparte negativa un escaso liderazgo y autoridad, exceso de promesas, escándalos familiares, falta de cohesión partidaria y casi nulo impacto en reducir la pobreza.

Sin embargo, en estos 15 años de tiranía de la prensa, no se notó ni se nota un balance ni objetividad en la información que se nos brinda en relación al manejo de la cosa pública. La gente que  pensaba que todo andaba de maravillas en el gobierno de Fujimori, qué decepción sentiría al descubrir posteriormente que no era así; todos los que ahora pensamos que hay algunas cosas que se están manejando bien en este gobierno y que si se redujera el ruido político (magnificado por la prensa) se podría estar mejor; qué decepción y asco sentimos al leer y escuchar todos los días en la mayoría de medios de comunicación, información tendenciosa, sin una adecuada sustentación y con total falta de objetividad, que ha merecido la crítica del propio Consejo de la Prensa Peruana, de los empresarios, del alcalde de la cuidad de Lima y de algunos honorables  periodistas.

La creatividad en la búsqueda de la información amena y variada, la veracidad y la investigación rigurosa de sus fuentes, la sana rectificación de los errores, el respeto por la honra de las personas y las instituciones, la preocupación por formar opinión equilibrada y crítica en la población, la sensibilidad hacia la formación de valores, la preocupación por contribuir con el desarrollo del país, la fiscalización documentada del manejo de la cosa pública, el uso del lenguaje culto,  la entrevista alturada e imparcial, etc., que alguna vez predominó en la prensa de antaño; lamentablemente ha sido sustituida  en estos últimos 15 años (con  honrosas excepciones por supuesto), por el sensacionalismo amarillo y chabacano, por la diatriba y la procacidad, por  la fábrica de “fuentes” mediante el soborno y el chantaje, por la condena de personas e instituciones basada en “indicios”, por “la denuncia maldita y mal documentada” (como comenta el periodista Zileri), por la mancilla impune del honor de las personas sin derecho a rectificación, por la entrevista artera y llena de zancadillas cuando no conviene a los intereses o a la causa que defiende la empresa periodística o la por la entrevista sumamente complaciente cuando conviene a sus intereses,  por la información monocorde y “carroñera”([1]),  por la tribuna a personajes especialista en el escándalo político y la farandulero, por la primicia a cualquier precio y la preocupación de vender y acumular más ganancias sin importar el tipo de opinión que se forme en las personas, etc.

En una encuesta representativa realizada por la Universidad de Lima, a comienzos del mes de febrero de este año (2005) por encargo del Consejo de la Prensa Peruana, se señala que solo el 8.1 por ciento de los entrevistados opina que los medios de comunicación informan objetivamente, un 80.9 por ciento opina que confía poco o nada en ellos y un 60.4% considera que se mantienen igual o han empeorado en su responsabilidad al informar, en comparación a la nefasta época de Fujimori en que Montesinos compraba portadas, editoriales y horarios estelares a cambio de millones de dólares sacados del erario nacional.  Sin embargo, las ventas de los periódicos se siguen incrementando, la audiencia de los noticieros y programas políticos de los principales canales de televisión de señal abierta siguen incrementando su  rating, los empresarios siguen invirtiendo en publicidad en ellos… Cómo entender semejante paradoja?; es que los peruanos debemos seguir creyendo en aquel manido mito de que somos masoquistas y que no podemos salir de esta tiranía?.

Hay consenso en la opinión pública y en los propios dueños de medios de comunicación, de que tenemos en el país la más irrestricta libertad de prensa, sin mayores controles ni cortapisas que los establecidos por los códigos de ética de cada medio y los que contempla la ley para cualquier ciudadano. Sin embargo, al igual muchos hombres y mujeres de a pie de este país, pienso que la mayoría de los dueños y dueñas de los medios de comunicación, por la defensa de intereses económicos u otros intereses subalternos, están abusando de esta libertad y paradójicamente la han convertido en una suerte de sojuzgamiento de la opinión pública. Ello está amenazando  seriamente la estabilidad democrática, la coexistencia pacífica entre peruanos, está medrando los principios y valores ciudadanos, está deformando peligrosamente la mente de nuestros niños y jóvenes y está frenando ostensiblemente el desarrollo del país. El hecho de que  más del 90% de peruanos no crea en los políticos ni en las instituciones tutelares del país (incluyendo la prensa), el hecho de que un 45 por ciento de la población adulta prefiera a los gobiernos autoritarios que a los democráticos, el hecho de que la mayoría de jóvenes no tenga esperanza en que la situación del país mejore y prefiera salir al extranjero; no es del todo culpa de la prensa es verdad, pero indudablemente tiene mucho que ver.  Parafraseando a los economistas, diría que estos últimos 15 años han sido 3 quinquenios perdidos para la prensa peruana, pues ella misma, en vez de crecer y enriquecerse se ha degradado y envilecido hasta límites extremos.

Por ello, me aúno a las pocas voces que se sublevan contra esta tiranía del llamado “cuarto poder”, hoy todopoderoso y omnímodo, que se vanagloria de haberse tumbado ministros, desaforado parlamentarios, desacreditado a políticos y de seguro también condenado a inocentes, protegido a corruptos y destrozado hogares. Felizmente, a raíz de la última encuesta del Consejo de la Prensa Peruana, representantes de los medios de comunicación más importantes, están empezando a reconocer estos errores y han sacado comunicados y pronunciamientos de llamados de atención entre ellos; también algunos honorables y emblemáticos periodistas de nuestro medio como el Sr. Zileri, el Sr. Mirko Lauer, el Sr. Raúl Vargas, el Sr. Hildebrandt, el Sr. César Lévano entre otros, están desenmascarando a este tipo de prensa y están dictando cátedra de cómo hacer periodismo de investigación por ejemplo. Igualmente en las últimas semanas los principales gremios empresariales se han pronunciado sobre el daño que hace al país tanto “ruido político” magnificado por la prensa, y el propio alcalde de Lima ha manifestado que prefiere ver “discovery channel”, antes que noticieros y programas políticos de la TV.

Es importante que haya más voces de protesta y acciones concretas de la sociedad civil, para contrarrestar esta tiranía de la prensa. Resistámonos a comprar y ver periódicos y programas sensacionalistas y que viven del escándalo político y farandulero cotidiano, enseñemos a nuestros hijos a analizar  críticamente la información que leen o ven, en la escuela los maestros debería hacer lo propio en todos los niveles educativos. Sería interesante que en el canal del Estado haya un espacio dedicado al análisis didáctico de la información política y de farándula que propalan  los medios hablados y escritos. Los representantes de los gremios profesionales y de las  diferentes Iglesias también deberían decir su palabra, pues se está deformando la conciencia cívica, política y religiosa de la población.




[1] Al igual que las aves de rapiña, los medios de comunicación de hoy se contentan con los restos que quedan de las “primicias” producidas por otros y hurgan y se solazan con ellos para producir más carroña, que a su vez será  digerida por otros medios y llenará de información putrefacta la mente de sus oyentes o lectores.  Al igual que los buitres, algunos ya han empezado a sacarse los ojos entre ellos por carroña mal digerida, como la disputa de credibilidad del programa “Panorama” vs. “La ventana indiscreta”  o el programa “Hoy” vs. “Prensa Libre”, o el diario “Expreso” vs. “El Comercio”.

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